Sistema de explotación
La progresiva mecanización de las tareas agrícolas, al tiempo que aumentaba significativamente la superficie dedicada a la agricultura, determinaron la eliminación de los animales empleados en dichas labores, así como de la cabaña de animales destinados al aprovechamiento de dichas superficies.
La disminución del censo y la progresiva reclusión de la raza en zonas de mas difícil aprovechamiento terminó desencadenando un aislamiento de las distintas poblaciones con el consiguiente empobrecimiento genético de la misma, que se vio influenciada por la utilización de sementales de otros conjuntos por lo que en los sucesivos catálogos oficiales pasó de ser descrita como cóncava o subconcava a serlo como de perfiles «rectos o subconvexos, de poca masa y mucho hueso».
La creación del Libro Genealógico y de la Asociación de Criadores vino a suponer un nuevo punto de inflexión en el desarrollo de la raza y un camino de esperanza para ella.
Se manifiesta como una raza perfectamente adaptada a zonas en las que la estacionalidad en las producciones herbáceas es muy acusada, comportándose de modo muy eficaz en el aprovechamiento de todo tipo de recursos.
Se sigue utilizando en explotaciones extensivas, en todos los casos, poniendo a prueba su adaptación al medio y sus extraordinarias características como raza maternal.
A pesar de la estacionalidad en que se desempeña, su rusticidad hace que no se resientan sus aspectos productivos más interesantes, buenos datos de fertilidad que unida a unas excelentes características maternales permiten lactaciones de 180-210 días con terneros que alcanzan fácilmente los 200-250Kg.
Así mismo su aptitud al parto permite su utilización en el cruce industrial con razas altamente especializadas en la producción de carne.
Su facilidad para el engrasamiento hacen que los animales cebados presenten un grado de infiltración excelente, proporcionando con ello carne de muy buena calidad.